Roadmap AI – Acompañar a los empleados en su desarrollo de competencias en IA: ¿por qué y cómo?
El evento Roadmap IA Marketing Day 2025 fue una buena oportunidad para abordar un desafío particularmente crucial para los gerentes: la formación y el aumento de la madurez de los colaboradores, independientemente de su interés o nivel de madurez frente a la IA. Desde BPCE hasta Kingfisher, pasando por Club Med o La Poste, un panorama de las buenas prácticas y recomendaciones para facilitar la adopción de la IA en las organizaciones.
A tener en cuenta:
- La IA generativa representa «la tercera gran etapa de la transformación digital» después de internet y los smartphones, con un ritmo de adopción sin precedentes.
- Otra particularidad: a diferencia de las revoluciones tecnológicas precedentes, la IA generativa democratiza el acceso a la IA para todos los colaboradores, no solo para los especialistas (analistas de datos, científicos de datos).
- Las formaciones adaptadas, e incluso personalizadas, son esenciales para acompañar eficazmente a los colaboradores, en función de sus diferentes perfiles.
- Las competencias a desarrollar en los colaboradores se refieren tanto a las “habilidades duras” (hard skills) como a las “habilidades blandas” (soft skills), empezando por la curiosidad y el espíritu crítico.
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«La tercera gran etapa de la transformación digital»: así describe Luc Barnaud el auge de la IA y sus impactos en las organizaciones. El Chief Data Officer del grupo BPCE (Banque Populaire, Crédit Agricole, Natixis, Casden…), que intervino en la mesa redonda dedicada a las “skills” del evento Hoja de ruta de la IA Marketing Day 2025, establece un paralelismo con la aparición de internet hace 30 años, y luego la llegada de los smartphones hace 15 años.
A su lado, Romain Roulleau, Group Digital & E-Commerce Director de Kingfisher (Castorama, Brico Dépôt, Screwfix), comparte esta constatación, pero añadiendo un matiz significativo: la rapidez de adopción. Con la IA generativa, la velocidad de adopción no tiene nada que ver con lo que pasó con internet.., y luego de los smartphones y los usos asociados.
Además, subraya que «a diferencia de estas dos revoluciones precedentes, no estamos en la proyección. Desde el principio, ya podemos ver todo lo que esta tecnología puede ofrecer. […] Ya tenemos ejemplos muy concretos. Esto es lo que crea la complejidad, tanto en términos de competencias como de gobernanza».
«Con la IA generativa, las IA entran en el mundo digital»
Menos de tres años después del lanzamiento de ChatGPT, la rápida y masiva adopción de la IA es confirmada por las cifras de Thomas Husson, Vicepresidente y Principal Analyst en Forrester: «hoy en día, estamos en un promedio del 10% de uso diario de la IA. Es aproximadamente la misma tasa de uso que las aplicaciones a finales de la última década. Excepto que con la IA, irá mucho, mucho, mucho más rápido. Porque la IA es invisible. Está integrada en todas partes».
El formato conversacional de la IA explica en gran medida por qué su adopción ha sido tan rápida, tanto para usos personales como profesionales. Como resume Luc Barnaud, «con la IA generativa, las IA entran en el mundo digital». De hecho, mientras que las formas más antiguas de IA –especialmente el machine learning– «están reservadas a especialistas, como analistas de datos o científicos de datos», la IA generativa «nos afecta a todos». Una verdadera ruptura, por lo tanto, con importantes impactos culturales y organizacionales.
«IA para todos» e «IA transformadora»
Dentro del grupo BPCE, Luc Barnaud puede observar y acompañar esta democratización de manera muy concreta: el 40% de los 100.000 colaboradores del grupo ya utilizan activamente la IA generativa a diario, a través de una plataforma interna.
Para acompañar a los equipos en esta nueva etapa de la transformación digital, el grupo bancario ha estructurado su estrategia de IA en torno a dos ejes: por un lado, «la IA para todos», que busca una democratización amplia, a través de herramientas internas y bibliotecas de asistentes profesionales; y por otro lado, «la IA transformadora», que se centra en los casos de uso asociados a los desafíos prioritarios del grupo.
La Poste también ha emprendido un enfoque de aculturación y democratización de la IA a gran escala: «hemos formado a todos nuestros empleados en la IA y sus implicaciones», explica Frédérique Ville, Directora de Business Unit y Miembro del COMEX de la Branch Services Courrier Colis.
En Kingfisher, el acompañamiento de este aumento de la IA se traduce en programas de formación adaptados a los diferentes perfiles de colaboradores. Romain Roulleau describe así tres tipos de comportamiento frente a la IA: «Me interesa mucho, pero me da algo de miedo.», «no me interesa en absoluto» o «estoy muy interesado y voy a investigar por mi cuenta». Esta distinción ha permitido desplegar un programa personalizado para las 120 personas de los equipos de marketing y digitales, adaptado según «su profesión, su interés y sus temores respecto a la IA». El objetivo: que todos los colaboradores tengan «un uso reforzado de estas soluciones para una mayor productividad y calidad».
Curiosidad, espíritu crítico… y «Robotics Quotient»
Además de las competencias técnicas, la curiosidad encabeza la lista de competencias críticas a desarrollar. «Porque si no tenemos esa curiosidad, inevitablemente perderemos un cierto número de posibilidades», justifica Romain Roulleau, quien incluye «la posibilidad de evolucionar uno mismo».
Por su parte, Luc Barnaud añade que «hay que combinar la curiosidad con el espíritu crítico. La IA generativa da verosimilitud, no verdad». Una advertencia esencial, ya que «la IA generativa se insertará en todas las profesiones de las empresas». Claire Calmejane, la Presidenta de Foundever en Francia, también coincide en este punto: «hay que responsabilizar a los colaboradores sobre los usos y enseñarles a tener espíritu crítico. Muchos no entienden que es una herramienta como cualquier otra que hay que aprender a dominar».
Forrester, por su parte, ha desarrollado la noción de «Robotics Quotient (RQ)», por analogía con el «Cociente Intelectual» (CI). Este indicador integra la comprensión de la IA, tanto desde el ángulo de las competencias técnicas (las “habilidades duras“) y las “habilidades blandas“, como de la sensibilización a la ética, los riesgos y la confidencialidad. «Actores como Publicis invierten alrededor de 100 millones de euros al año [en IA]. Pero el año pasado, el 50% de esa inversión se dedicó al reclutamiento de talentos o a la formación de colaboradores», recuerda Thomas Husson.
Quentin Briard, CEO Marketing Digital & Technology de Club Med, lo subraya claramente: tales inversiones en la formación y el desarrollo de competencias de los colaboradores no son negociables, porque «es importante trabajar en la empleabilidad de los equipos a quienes se les aportan nuevas soluciones que cambian el 50, 60, 80% de su forma de trabajar al mismo tiempo». Es una medida indispensable que, por lo tanto, recae en las empresas.